Juntos, estos factores contribuyen a una pérdida progresiva de la integridad estructural y dan lugar a una variedad de síntomas clínicos.
El envejecimiento de la piel no se puede detener por completo, pero es similar a otros trastornos que alguna vez se consideraron el resultado inevitable del envejecimiento. Varios trastornos médicos actualmente reconocidos, como la osteoporosis y la enfermedad de Alzheimer senil, se consideraban anteriormente resultados normales del envejecimiento. Del mismo modo, el envejecimiento de la piel es un trastorno que amerita investigación clínica y terapias rigurosamente probadas.
La terapia de reemplazo de proteoglicanos (PRT) restaura las proteínas de la piel que respaldan la hidratación y la formación de colágeno, brindando resistencia, viscoelasticidad y firmeza a la piel.